Con varios desarrollos a sus espaldas, pasando por el programa de Playstation Talents, Wild Sphere nos trae la que hasta la fecha, ha sido su propuesta más ambiciosa. Oxide Room 104 es lo nuevo del estudio español fundado por Miguel Díaz e Irene Guardiola. Se trata de un juego que rompe con todo lo visto hasta ahora en su historial. Su terror promete momentos intensos y especialmente violentos, sumándose así a una lista de títulos que, pese a su condición de «indie», buscan mantener al jugador totalmente inmerso y expectante.
Si tuviéramos que compararlo, probablemente Martha is Dead o Visage serían algunos de esos juegos a los que se asemeja. Es un concepto parecido, solo que en esta ocasión tendremos que huir de un terrorífico hotel en el que suceden cosas extrañas. Debido a algunas malas decisiones, nuestro protagonista (Matthew) tendrá que escapar como sea del Night Soul Motel tras despertarse en la habitación 104. ¿Logrará salir con vida?
Una atmósfera que ayuda
Si hay algo que suelen explotar los estudios más humildes es su creatividad y talento. Cuando los medios son limitados, hay que sacar el máximo partido de ellos, y en este caso Wild Sphere logra incluso camuflar ciertas carencias durante la partida. En aventuras de terror como esta, es importante que el jugador se empape de una ambientación bien conseguida. Es un riesgo sumado a que su vista sea en primera persona.
La interacción y la cámara hacen que nos fijemos hasta en el más mínimo detalle, por lo que sí, estamos más metidos en el Night Soul Motel, pero también resalta ciertos fallos. Y no me malinterpretéis, no he encontrado grandes errores, ya sean bugs o de otra clase. Gráficamente, Oxide Room 104 no luce nada mal en interiores, y su condición de Hotel hace que tenga sentido el gran parecido entre la mayor parte de las zonas que visitamos.
En cambio, al salir al exterior sí que se nota un cambio importante. Sin sacarnos de su ambientación, los espacios abiertos denotan un menor detalle y mimo general. Entre otras cosas, esto se palpa cuando vamos por algunos de los pasillos exteriores, donde la oscuridad ayuda a camuflar una carga tardía en las texturas de las paredes. Los charcos de sangre o la apariencia de algunos objetos del entorno se sienten también desfasados para los tiempos que corren. Pero como decía, la ambientación ayuda a camuflarlo.
Exploración e interacción
Si algo tiene Oxide Room 104 es un ritmo pausado y cargado de exploración. Esto puede generar opiniones tanto positivas como negativas, y es que en parte sí, el juego aporta una importante interacción con el entorno. Ahora bien, cuando investigas o rebuscas en demasía, suele ocurrir que la tensión que se busca generar en el jugador se diluye.
El ver como reacciona nuestro personaje ante según qué objetos es llamativo como poco, incluso con alguna que otra curiosidad que no está de más. El problema llega cuando la mitad de las cosas que probamos no aportan realmente nada. Como por ejemplo encender una lámpara extra que apenas ilumina o abrir innumerables cajones que siempre están vacíos. Pero dejando esto a un lado, la esencia del juego, el terror que pueda generar su ambientación llega a difuminarse por momentos, y esto se debe también a que a veces uno puede llegar a atascarse durante más tiempo de la cuenta.
No se trata de que el juego nos diga qué hacer, pero en todo momento he tenido la sensación de que sus propias características hacen que cueste intuir cual es el siguiente paso. Puede que esto no sea necesariamente un problema para muchos, pero personalmente creo que desconcierta en gran medida al jugador, haciéndole dar vueltas en falso sin saber realmente reconducirlo hacia el verdadero objetivo. A veces uno avanza más por un «golpe de suerte» que por otra cosa.
«Vamos a jugar a un juego»
Hay un punto de Saw en la propuesta de Oxide Room 104, que combina de alguna manera lo más sobrenatural de un Silent Hill con el juego macabro de John Kramer. Esto se debe a una de las características propias del juego de Wild Sphere, de forma que los objetos y elementos clave están repartidos de una manera específica. Esto se entiende tras nuestra primera muerte, que sin entrar en spoilers, os diré que no será la última y hará que la partida cambie por completo.
La cuestión es, que cada vez que morimos reaparecemos en la habitación 104, pero no será ni mucho menos el final de la partida. Aquí entra en juego una característica que puede resultar tediosa, pero que en realidad es necesaria. Y en este último punto es donde veo el problema. No importa nuestra habilidad o capacidad de supervivencia contra los peligros del juego, al final la muerte se convierte en algo obligatorio si queremos ver ciertas cinemáticas o encontrar nuevos ítems para avanzar.
Hay una figura oscura detrás de todo lo que sucede en el Night Soul Motel, pero la forma en la que nos la presentan, si bien tiene momentos geniales, supone que el jugador, nuevamente, no sepa cómo interpretar la progresión en la trama. Al menos desde un principio.
Supervivencia e inventario
Para sobrevivir en el Night Soul Motel, Matthew contará con un inventario que recuerda especialmente a lo visto en la saga Resident Evil. No solo por su apariencia y uso de los objetos, sino por el hecho de poder combinarlos. Un buen ejemplo de ello sería el revolver que encontramos al inicio. Las balas que encontremos deberán «combinarse» con el arma para así poder recargarla. Igual sucede con las llaves y cofres u otros objetos.
Este espacio de inventario puede ampliarse también a medida que avanzamos y descubrimos nuevas localizaciones. Pero como suele ocurrir, no siempre podremos cargar con todos los objetos, y por ello el juego recurre nuevamente a algo que ya conocemos de sobra. En algunos puntos concretos, tendremos un baúl donde guardar nuestras posesiones, pero eso sí, si morimos lo perderemos todo.
¿Y cómo es el combate contra los enemigos? Bueno, al principio puede sorprender por cierta secuencia con quick time events a modo de «presentación», pero para nada el resto se desarrollará de esta forma. Lo que sí esperaba es que dichos enemigos fueran más numerosos y variados, aunque a pesar de todo dan lugar a momentos de lo más terroríficos. El diseño es genial, y recuerdan (nuevamente) al universo Silent Hill. Desgraciadamente, el apuntado no está tan pulido como debería, y el movimiento de la cámara con el analógico derecho se siente tosco y poco preciso.
Un buen trabajo sonoro
Otro de los aspectos más cuidados de Oxide Room 104 es sin duda el apartado sonoro. Para esta aventura de terror, los desarrolladores de Wild Sphere nos presentan una banda sonora ambiental que ayuda a generar un clima aterrador. Esto, sumado a ciertos momentos de silencio o a más de un susto, logran otorgarle un punto extra a nuestra partida.
Y por supuesto, no puedo olvidarme del doblaje. El nivel se mantiene bastante alto gracias a unas voces de lujo, entre las que se encuentra una que os sonará a muchos. El villano es nada más y nada menos que @TodoJingles, el cual cuenta con momentos estelares durante la trama. Si bien en contadas ocasiones las animaciones no se coordinan lo suficientemente bien con las voces, está claro que es un punto muy a favor que potencia y da empaque a la narrativa del videojuego.
¿Está Oxide Room 104 a la altura de las expectativas?
Entendiendo la dimensión del título y de sus responsables, hay que decir que este Oxide Room 104 supone un paso al frente muy importante para Wild Sphere. ¿Significa esto que es un juego de diez? ni mucho menos. Hay varias cosas a mejorar de cara a un futuro proyecto de estas características, como es por ejemplo el apartado gráfico, que se siente desfasado.
Las animaciones y algunas texturas son una cuenta pendiente, aunque por contraparte hay un gran trabajo en materia de sonido, con un doblaje a la altura y una banda sonora que redondea la terrorífica atmósfera del Night Soul Motel. A nivel jugable hay cosas que también son mejorables, como la cámara o el apuntado. Eso sí, la interacción con el entorno me ha gustado, contando con muchas posibilidades (aunque muchos elementos no aporten demasiado).
Personalmente no tiendo a centrarme mucho en la trama de este tipo de juegos, pues primo más la experiencia a nivel jugable y en materia de sensaciones por la atmósfera que se genera. En cualquier caso, creo que la trama gustará a buena parte de su público, con una historia que se cuenta principalmente mediante documentos repartidos por el escenario. Además, tienen relación con otros personajes. Tratándose de uno de los primeros proyectos de Wild Sphere, creo que pese a sus fallos sigue siendo un juego apetecible, que seguro gustará a aquellos que ya conozcan Visage, Martha is Dead u otros títulos similares.
Oxide Room 104
24,99€Pro.
- La ambientación está genialmente trabajada
- Una gran interacción con el escenario
- El apartado sonoro es de lo mejor del juego, con un doblaje de alto nivel
Contra.
- A veces uno se pierde sin saber que hacer y se pierde la inmersión de la partida
- Gráficamente luce bien en interiores, pero las animaciones y las zonas exteriores se ven desfasados
- El movimiento de cámara es tosco y el apuntado poco preciso
Acerca del autor
He viajado a mundos que jamás creeríais, acabado con enemigos que escapan a todo misticismo. He sentido mi pulso acelerarse con cada batalla, y el suspiro de quien sabe que tendrá que volver a levantarse. Siempre hay un villano esperando y una aventura a la vuelta de la esquina.